Nuestra ciudad será pionera en la implantación de la llamada Zona
Azul Peatonal, según ha declarado un concejal del Ayuntamiento que no ha podido
ser identificado y que escondía su rostro bajo un antifaz y portaba un saco con
el signo del dólar.
Tras lanzar una siniestra carcajada de malo de película, el
concejal explicó que se trata de aplicar el mismo concepto en el que se basa la
zona azul tradicional. Según sus propias palabras: “Haciendo un resumen no
técnico podríamos afirmar que la idea es llevárnoslo calentito para el
Ayuntamiento. Con la zona azul conseguimos hace años que aparcar gratis en la calle deje de ser
un derecho y todo esto sin ofrecer ninguna contraprestación de ningún tipo al
ciudadano que paga su ticket de estacionamiento. Si le roban el coche o le
rompen un retrovisor, mala suerte. Nos sacamos de la manga que la calle es
nuestra e inventamos como excusa para saquear a los conductores que gracias a
la zona azul se aparca mejor puesto que la mayoría de la gente se pasará al
transporte público y les digo, totalmente en serio, que hay gente que se creyó
esta chorrada. Aquel día casi me da la risa explicando este tema a la
ciudadanía”, confesó.
Afirma el Consistorio que si usted es de los que se sienten incómodos cuando acuden al centro a comprar o tomarse un café y se encuentra las calles atestadas de gente, acogerá con entusiasmo esta iniciativa. Con la Zona Azul Peatonal, sólo saldrá a la calle si es estrictamente necesario.
El sistema funciona de forma que unos scanners estratégicamente colocados en las aceras del centro detectan cuando un peatón permanece en el mismo lugar más de 30 segundos, emitiendo un sonido ensordecedor e insoportable (probablemente el “Cucha las payas” de Las Kétchup a 240 decibelios, aunque esto está por confirmar) y dando un margen de quince segundos para introducir una moneda en el parquímetro peatonal antes de sufrir daños irreparables en los tímpanos.
“Se acabaron las avenidas plagadas de novios esperando en las esquinas, entorpeciendo nuestro paso mientras miran el reloj nerviosamente, se terminó el tener que esquivar señoras con el carrito de la compra que conversan con su vecina, finalizó el desgaste de aceras por unos pocos cuando las aceras son de todos; en una palabra, liberaremos la calle para el pueblo… previo pago” - afirmó, en un arrebato poético, el concejal que ya se frota las manos al pensar en el dinero que se recaudará con esta medida.
Si esta iniciativa tiene éxito, el Ayuntamiento se plantea la puesta en marcha de otras actuaciones recaudatorias como los Semáforos de pago, la Tasa del Oxígeno Respirado o el Impuesto sobre el paisaje, que será un tributo que el turista tendrá que pagar cada vez que admire algún rincón con encanto de la ciudad.